Por Ariel “Kaji” Fuentes
Destiny 2 obtuvo una recepción inicial más positiva que la de su predecesor: desde su lanzamiento (en un ya lejano 6 de Septiembre de 2017 para Xbox One) jugadores y periodistas se declararon convencidos por los ajustes que Bungie realizó a los sistemas de juego y a la narrativa, menos críptica que la de la primera entrega.
Sin embargo, poco tiempo después, su capacidad de retención de la base de usuarios y la cantidad de actividades endgame disponibles dejaron en claro que esta secuela no generó el compromiso o la mera adicción del primer juego y su contenido post-lanzamiento.
¿Logrará finalmente Bungie fusionar la exquisita jugabilidad que su ADN garantiza con el universo extenso, prometedor, e interesante que Destiny 2 siempre insinuó pero nunca terminó de ofrecer? Bienvenidos a nuestro análisis de Destiny 2: Beyond Light.
Si las primeras expansiones de Destiny 2 habían sido consideradas tibias adiciones a un juego que se seguía sintiendo incompleto, con Beyond Light (o Más Allá de la Luz, en Español) se promete una revolución en muchos de sus aspectos más importantes, tal como el ya legendario The Taken King implicara para Destiny 1. Acechado por cada vez más competidores, algunos de los cuales lo superan en complejidad y en cantidad de contenido (nos referimos en particular al extraordinario Warframe, que con sus ambiciosos DLC ha atraído a miles de emigrantes desencantados con la propuesta de Bungie), Destiny 2 sufrió una serie de transformaciones que dieron como resultado un juego radicalmente distinto al de hace tres años.
Los planes originales de Bungie consistían en una década de Destiny, dividida en 4 juegos con varias expansiones cada uno. En parte for filtrarse esos acuerdos entre los creadores de Halo y sus antiguos amos de Activision, y además considerando la reacción del mercado, la hoja de ruta cambió: Bungie abandonó la idea de desarrollar Destiny 3 y 4 para convertir, en cambio, al segundo juego de la saga en un servicio en constante expansión.
Después de cuatro paquetes de contenido bien recibidos por el público (Curse of Osiris de 2017, Warmind y Forsaken de 2018, y Shadowkeep de 2019), se anunció que Destiny 2 sería completamente renovado y ampliado entre 2020 y 2022. El punto de partida de esta nueva era es la expansión que nos ocupa hoy: Beyond Light, lanzada el pasado 10 de Noviembre y disponible en el servicio Game Pass.
Destiny 2 tuvo un lanzamiento exitoso pero eventualmente mostró problemas para retener a los Guardianes entusiasmados. Logró construir, sin embargo, una de las comunidades más fieles y comprometidas de la industria de los videojuegos: el mismísimo Phil Spencer, líder de la división Xbox, ha admitido que es el título que más juega. Quien les habla, sólo por dar otro ejemplo, jugó más a Destiny 2 que a cualquier otro juego de la historia: unas 900 horas, incluyendo algunos de los momentos más memorables que este hobby me pudo ofrecer.
En principio, necesitamos repasar algunas de sus principales características: el poder de luz básico pasa a ser de 1050, una cifra impensable años atrás. Lamentablemente, gran parte de nuestro antiguo equipamiento, exceptuando armas y armaduras exóticos, quedarán inevitablemente obsoletos. Esto implicará repetir otra vez el típico ciclo de entrenamiento y búsqueda de poder que caracteriza a cada expansión de Destiny: no importa cuántos cientos de horas hayamos jugado, dado que tendremos que comenzar desde un punto de partida muy similar al de cualquier novato. Aunque el viaje es tanto o más divertido que el destino, ver cómo nuestro equipamiento de ayer queda literalmente inservible no deja de ser frustrante. No fue un momento feliz darme cuenta que mi legendaria y vistosa armadura de Solsticio, a la que había dedicado docenas de horas para mejorar y embellecer, terminó inevitablemente guardada ante la necesidad de seguir elevando mi poder de pelea con objetos más modernos.
La nueva campaña es relativamente corta y se centra en Europa, una luna helada de Júpiter. Los parajes helados del nuevo escenario ofrecen vistas espectaculares, y veremos diseños realmente intrincados que cuentan entre los más hermosos que la franquicia ofreció jamás.
A esta altura, vivimos mil historias en Destiny 2: las amenazas Cabal encabezadas por Ghaul y Calus; también la de los Vex y su “Bosque Infinito” del planeta Mercurio; vimos morir al muy querido pero a nuestro juicio algo irritante Cayde-6, y mucho más. En esta ocasión, se concreta una amenaza que veíamos venir desde que la saga comenzó en 2014: la llegada de la Oscuridad, facción que incluye a los enemigos definitivos del Viajero y los Guardianes.
El universo de Destiny se sigue alimentando de una ciencia ficción liviana, sin la sofisticación de -por ejemplo- un Mass Effect, pero utiliza acertadamente conceptos complejos como viajes en el tiempo o inteligencias artificiales para darle sustento a lo que, en última instancia, es simplemente masacrar enemigos sin descanso. Atrás quedó la solemnidad que Bungie le imprimió a, por ejemplo, Halo Reach: como si se tratase de Los Vengadores de Marvel o de Dragon Ball Z, en esta historia hay mucho en juego pero la narrativa nunca adquiere una atmósfera opresiva, y los diálogos de los personajes están imbuidos de cierta liviandad, con ocasionales toques de un humor más o menos sutil. Hay un pequeño, aunque interesante, desarrollo del personaje de la Desconocida Exo, que regresa después de 6 años para ayudarnos, en un giro argumental comparable al de -spoiler alert- Trunks de Dragon Ball. Un antiguo conocido miembros de los Caídos, Variks el Leal, será fundamental en esta nueva trama. Reaparecerán también el mentor de Ikora Rey y guardián más poderoso de la historia: Osiris, y el despreciado Uldren Sov, convertido ahora en Guardián y por lo tanto amnésico sobre su propio pasado.
Por lo demás, el “estado de la cuestión” en Destiny no avanza demasiado y los hilos abiertos al final de la campaña seguirán sin resolverse por lo menos hasta dentro de dos años, cuando se lance la última expansión planificada.
Destiny nunca se caracterizó por contar bien su propia historia, y sigue sin hacer pie: una vez más, la narrativa deja algo que desear. La mayoría de los personajes no son carismáticos y la salvación de la Tierra y el Sistema Solar vuelve a depender en gran medida de nuestro Guardián. Los recuerdos que este juego nos deje estarán elaborados por nuestro propio esfuerzo y por las batallas que compartamos con nuestros amigos. Fue maravilloso reencontrarme con mi viejo dream-team después de un año y medio: al jugar en cooperativo, la experiencia ofrecida por Destiny 2 mejora exponencialmente.
Curiosamente, el elemento relacionado a la Oscuridad es el hielo. Durante la campaña tendremos que hacer uso de nuevas habilidades de la Estasis, basadas en el frío y la congelación, que están bien implementadas y logran cierta sinergia con las clases y sub-clases ya existentes. No sabemos cuánto más será posible ampliar la gama de poderes disponibles, dado que incluyen una variedad notable de elementos (electricidad, vacío, fuego, etcétera) que está resultando evidentemente difícil de equilibrar, particularmente en los modos PVP. Estos modos jugador-contra-jugador de Destiny 2 (que son múltiples, variados, y en nuestra opinión muy entretenidos) siguen plagados de gente que abandonará las partidas ante la primera frustración. En nuestras dos décadas jugando online, jamás experimentamos una proporción tan elevada de “rage-quitting” (o gente que escapa de las luchas cuando no va ganando) como en el Crisol de Destiny 2. Bungie ha sido cautelosa al moderar estas conductas, aunque entendemos que hay ciertas políticas correctivas en camino.
Aunque hay un uso extensivo de ciertos recursos del juego base, las nuevas zonas cuentan con un diseño muy cuidado, especialmente en cuanto a geometrías y verticalidad. Los colores aprovechan fuertemente el modo HDR de nuestros televisores, aunque sumando una cantidad casi inaceptable de latencia. Este título cuenta con una gama cromática muy amplia: sería un dignísimo espécimen para testear distintos modos de imagen de un nuevo televisor. Estilísticamente Destiny sigue alejándose del estilo militarista, prioritariamente verde y “realista” de Halo.
Con Beyond Light, Destiny 2 quita parte de los escenarios disponibles hasta ahora para ofrecer una experiencia más liviana, cuyos tiempos de carga mejoraron claramente y que incluso ocupará menos espacio en nuestras unidades de almacenamiento. En nuestra Xbox One X, bajó de 108 gigas a alrededor de 65.7 gigas. Planetas como Marte y Venus fueron temporalmente retirados, aunque eventualmente volverán en una rotación constante de destinaciones y contenidos. También regresan elementos del primer juego, como el Cosmódromo, y más adelante también la legendaria primera incursión, la Bóveda de Cristal. Hay un gran entusiasmo en la comunidad por esta suerte de fusión entre Destiny 2 y elementos renovados de su predecesor.
La nueva independencia de Bungie, al separarse de Activision en 2019, fue recibida con alegría por la mayor parte de la comunidad, aunque será cuestión de tiempo evaluar sus verdaderos frutos. En nuestra perspectiva, Bungie ha sido una de las empresas más feroces en su ambición de cobrar por nuevas oleadas de contenido para su franquicia insignia, aprovechando los sistemas de juego y la evolución de los niveles de luz para mantener atrapada a una comunidad particularmente fiel.
La importancia del argumento queda soslayada frente a un juego que pretende mantenernos comprometidos en una búsqueda interminable de mejor equipamiento y mayor nivel de poder para nuestros guardianes (por lo menos, hasta el lanzamiento de las ya anunciadas futuras expansiones de 2021 y 2022). En cierto sentido, es un acercamiento al cada vez más importante modelo del “juego como servicio” y una profundización del rumbo cooperativo, con superficiales aspectos de rol.
Para de la identidad de Destiny está sin dudas definida por las incursiones, esas gigantescas misiones para 6 jugadores donde necesitaremos cooperar y comunicarnos muy detalladamente con nuestra escuadra. No terminamos aún la nueva incursión presentada por Beyond Light, “Cripta de la Piedra Profunda”, pero sabemos que las primeras impresiones de la comunidad hardcore son muy positivas. Según datos estadísticos de los logros de Xbox, sólo un 3.54% de entre quienes jugaron a Destiny 2 completaron su primera incursión, “El Último Deseo”: invitamos a quienes escuchen esto a probar ese tipo de experiencias porque de lo contrario se perderán algunos de los mejores recuerdos que los videojuegos puedan generar.
Para resumir: Beyond Light sin dudas renueva la experiencia de Destiny 2. Es espectacular visualmente, dentro de los límites de un motor gráfico que empieza a evidenciar el paso del tiempo. Colores y diseños geométricos son impresionantes. Ha habido un ajuste positivo de sistemas básicos del juego, que sin duda seguirán siendo optimizados a futuro.
¿En contra? La nueva campaña es significativamente corta, con una historia sencilla, que no desarrolla expansivamente el universo a pesar de presentar a la facción enemiga definitiva. Las nuevas actividades no son particularmente profundas o interesantes. Las futuras expansiones y la inevitable versión “ultimate” de Destiny 2 implican que los niveles de poder y el equipamiento de esta expansión se encuentren destinados a la obsolescencia.
Por último, su precio es comparativamente elevado. Si no consideramos que está incluida en Game Pass, esta nueva expansión cuesta $1259 en el store argentino de Xbox, o bien podemos optar por una edición Deluxe a $1754, sumando equipamiento vinculado a la Desconocida.
¿Nuestro remate? Destiny 2 ha evolucionado sin parar, en un sentido generalmente favorable. Las debilidades del juego, principalmente vinculadas a una historia contada sin potencia y a una ambición desmesurada por parte de Bungie, siguen ahí. Es el juego que más dinero nos ha hecho invertir en nuestras vidas, y eso no es poco decir. Por otra parte, es indispensable para quienes se sientan atrapados por el universo de Destiny, y nos asegura otro año de experiencias memorables junto a nuestros compañeros de equipo. Todavía no existe, al menos en consolas, una experiencia comparable a la colaboración, el humor y el dramatismo implicados en una incursión de la saga de Bungie.
- Desarrollado por: Bungie
- Publicado por: Bungie
- Fecha de lanzamiento: 10 de Noviembre de 2020
- Plataformas: Xbox One, Xbox Series, PS4, PS5, Stadia, PC.