Por Gabriel Llarena Ruiz
¿Alguna vez te ha pasado que tenes ganas de jugar videojuegos pero al mismo tiempo no? Llega un punto para cualquiera que simplemente no tiene ganas de jugar nada. ¿Es la falta de interés o ya no encontras una manera de relajarte? No es algo extraño y a todos nos pueden llegar a pasar en algún momento, ¿pero que nos relaja hoy en día? ¿Que nos distrae en verdad?
Hay días que prendemos nuestra
consolas o PC, exploramos todos los juegos que podríamos tener disponibles para
arrancar en el acto o miramos el catálogo de algún servicio como si tampoco
supiéramos que ver en Netflix. Nos pasamos segundos explorando y explorando los
contenidos sin rumbo. Al final quizás directamente no jugamos e tomamos la
elección de lanzar una aplicación de entretenimiento cualquiera para alguna
serie, películas o videos random de Internet y apagar nuestra mente lo mejor
posible después de día agotador. Hay tantos contenidos hoy en día que los
indecisos podrían estar más tiempos pensado que jugar antes de apretar el botón
de Start, pero eso no es el centro del problema.
Tener estos sentimientos no significa que los juegos te parecen lo más aburrido del mundo, es más bien una sensación de que estas tan cansado que no queres jugar algo complicado. No les pasa a todas las personas. Algunos juegan todas las noches con sus amigos como una manera de distraerse, ya sea a su shooter favorito o experiencia cooperativa predilecta. Otros encuentran el ambiente competitivo como su mejor manera de descansar en algún juego de deportes o carreras, o también hay aquellos que exploran todas las novedades posibles por el hecho de estar al día. Incluso por una tentación de saber cómo puede seguir la historia, no le importan estar 3 horas frente a un televisor entre combates, largas conversaciones y cinemáticas cada día.
Si dedicamos nuestro niñez o adolescencia a jugar todos los días, fines de semana o cuando no nos guardaran la consolas en el placard lejos de tu alcance… ¿Qué? ¿Entonces a nadie más le paso? Si dedicamos tanto tiempo a jugar no solo vamos a madurar e ir variando en la clase de juegos que podríamos jugar. Es un mundo completamente diferente cuando descubres algo más allá de tu juego favorito e incluso podríamos estar jugando muchas cosas al mismo tiempo o proponernos la meta de terminar toda una saga en poco tiempo. Pero también mientras más años pasen, menos tiempo tendremos para disfrutar lo que alegraba nuestras tardes o noches cuando no teníamos nada que hacer.
El tiempo es un elemento que importa. No todos ahora podemos estar horas o largas noches frente a un televisor o monitor jugando lo que sea porque tendremos un trabajo, una familia o estudios en el medio que consumen nuestra vida diaria. Muchos pueden contar con tiempo limitado de quizás hasta una hora por día como promedio. ¿Si fueran ustedes? ¿Qué harían durante esa hora? Imaginen también la sensación de querer jugar algo y no saber ni siquiera que hacer.
Perder ese tiene de conexión con los juegos no es agradable. Algo que amas un día, al otro puede parecerte indiferente, sentir que no vale tu tiempo ahora y preferir distraerte de otra manera. No es algo más, los videojuegos no tiene que ser tu única distracción. Lo que sería más bien feo es sentir que ahora tocar un control representa una carga más cuando debería representar un escape asegurado a las presiones de tu vida, una manera de entretenernos, distraernos, el sentirnos por unos instantes que estamos en otro lado.
¿Pero cómo uno puede recuperar esas ganas de jugar? No necesariamente tiene que ser impulsado por algo que interés o hype en el futuro. Tratando de alejarse de cualquier responsabilidad o promesa, uno necesita tiempo para uno mismo en cierto modo. Algo que podamos jugar solamente nosotros sin la posibilidad de compartirlo con nadie.
¿Entonces los juegos online no entran en este rango? Sí y no. Si tu idea es intentar relajarte con algo tranquilo, obviamente no. Dejaría las experiencias online para ocasiones donde podamos compartir únicamente con amigos. La compañía de esas personas que no ves seguido es realmente lo que uno puede necesitar. Escuchar como están, reírse y discutir por cualquier cosa que se nos cruce en la mente y echarle la culpa de fracasar la misión de forma amistosa. Si te vas a poner toxico, ¿para qué te conectaste en primer lugar?
Los espectáculos visuales que pueden ofrecer algunos juegos de plataformas son una buena opción, los juegos de rompecabezas minimalistas, o quizás esos títulos independientes que tienen un ambiente agradable, mecánicas sencillas. Algo que tan solo con su música y sus gráficos transmitan esa tranquilidad que uno necesita. Mientras menos botones tengamos que presionar, mejor.
Aunque no hay una respuesta correcta tampoco. Quizás algunos los que necesitan para conectarse otra vez con los videojuegos es algo totalmente opuesto a algo relajante y lo que buscan es una experiencia narrativa que te atrape y cuando uno cae en eso, lo único que va a querer saber es como termina. Pero la realidad es que también es una excelente manera de volver a conectarse con los videojuegos porque pueden sacar lo mejor de sí mismos: las historias, personajes, los escenarios, los momentos de tensión, el gameplay y todo un apartado técnico que puede ser sobresaliente.
Otros quizás busquen otra clase de relajación como conducir y escuchar música mientras miran estrellas… Esperen, también uno podría hacer eso en la vida real si quisiera. Volviendo al punto, el modo en que uno se relaje dependerá de cada uno y que encuentren su juego ideal. Si algo nuevo no funciona, ¿Qué tal volver a revivir un juego que te hizo enamorarte de todo esto?
Esta ha sido una de las opiniones más personales que hemos publicado y, por supuesto, debería ser mucho más larga ya que apenas aborda este tema. Lo importante aquí es también es escuchar sus opiniones y que harían o que han hecho en situaciones como estas. Nuestros consejos son realmente básicos o muy directos basados en las experiencias de algunos.
No estamos discutiendo que pasaría por ejemplo si abandonamos por completo los videojuegos, y eso dependería mucho de las causas: no solo es una cuestión de tiempo donde uno debe asumir otras responsabilidades en la vida, también hay otros factores como económicos o de interés. Llegará el día que quizás no veas la necesidad de prender una consola o una PC porque los juegos ya no son lo tuyo.
Los videojuegos para algunas personas son un escape de la realidad, una forma de entretenerse, aunque para otros es más un estilo de vida y algo que ya forma parte de nuestra identidad se puede decir. Cada uno que juega puede ver a este tema de diferente forma y disfrutarlos a su manera. Si algo te gusta no deberías dejarlo de lado por completo, uno debe encontrar la manera de que no desparezca de su vida, tratar de encontrar un balance para que jugar no se vuelva como otra tarea agotadora porque se supone que todo esto debe ofrecerte algo que no encontraras en ningún otro sitio.