Por Carlos Carames
Omega Force es un estudio con casi 3 décadas de antigüedad. Con alrededor de 50 títulos entre versiones originales y revisiones, los nipones dieron vida a una variante del hack and slash llamada musou, en este modelo de juego nuestro protagonista generalmente vive grandes batallas enfrentando a miles de enemigos en pantalla dominando las mismas bajo ciertas reglas que se prefijan al inicio. Con este modelo jugable, Omega Force ha dado vida no sólo a juegos de innumerables franquicias conocidas como Attack on Titan, El Puño de la Estrella del Norte, Persona, Berserk, One Piece, The Legend of Zelda, Gundam o Dragon Quest, entre otros, sino que además ha encarado épocas históricas de la humanidad en juegos mas experimentales como Baldestorm, que relataba la guerra de los 100 años entre Francia e Inglaterra.
Sin embargo, sus franquicias icónicas más importantes siempre fueron 3: Dynasty Warriors, Samurai Warriors y Warriors Orochi.
La mas exprimida de todas es indudablemente Dynasty Warriors, con 9 entregas numeradas y varias revisiones llamadas Empires que agregan un modelo de gestión, Dynasty Warriors gira en torno a la historia del Romance de los 3 Reinos, un cuento fantástico que a su manera relata la unificación del China entre los años 220 y 280 después de Cristo bajo la constante lucha de poder de 3 facciones enfrentadas. Innumerables entregas han girado en torno a los conflictos de las dinastías Wu, Shu y Wei, pero como se podrán imaginar, tras tantos juegos usando el mismo relato y el mismo modelo jugable, la franquicia inevitablemente sufrió un desgaste que ya le estaba pasando factura. Omega Force experimentó la moda de los juegos en mundo abierto para la novena entrega, pero el resultado fue desastroso: a la historia ya recontra conocida con los eventos jugables de siempre se le sumó un modelo de gestión caótico, serios problemas de rendimiento en su versión de consolas y ninguna mecánica realmente nueva en las misiones. Para el amante del género, Dynasty Warriors 9 supuso toda una decepción.
Redefiniendo la franquicia, tras un estrepitoso fracaso…
Para esta nueva entrega, el equipo de desarrollo decidió plantear el relato desde un punto de vista más neutral, con una construcción narrativa nueva y aplicando mucho de lo experimentado en juegos anteriores para dar vida al primer Dynasty Warriors moderno que realmente funciona de manera integral y satisfactoria, pero vayamos por partes:
En primer lugar, se decidió plantear la narrativa a partir de un héroe totalmente nuevo que será nuestro protagonista durante toda la historia. Somos un joven guerrero, que no recuerda nada de su pasado y que por cosas del destino quedará sumergido en los innumerables conflictos que acechan a esta época. Esta simple pero efectiva idea desde base sirve para diferenciarse del modelo de juego original, donde nada más comenzar debíamos elegir un héroe y una facción para dar vida a la historia completa. Origins nos permitirá explorar todas las facciones durante los primeros capítulos del juego hasta que eventualmente nosotros mismos elegiremos a que bando apoyar una vez que conozcamos sus entretelones más a fondo. Una idea simple, bien llevada y sobre todo efectiva.
Para no caer en un mapa de mundo abierto como en el juego anterior, Omega Force decidió recrear la China Antigua en un mapa explorable para nuestro avatar, desde el cual podremos visitar distintas locaciones, hablar con algún NPC e inclusive cumplir encargos de los distintos miembros de cada facción para hacer crecer nuestro personaje en un sistema de amistad, que no sólo le permite crecer a nuestro avatar sino que también hace más efectiva la forma en la que los compañeros te ayuden durante los combates. Asimismo, este minimapa ofrece misiones alternativas de entrenamiento que dan algunas recompensas que pueden ser útiles o simples escaramuzas cuya finalidad tienen como única utilidad el alentar el crecimiento de nuestro personaje. Asimismo, explorar el mapa también nos permite encontrar gemas y hierbas especiales, que sirven para obtener todo tipo de bonificaciones. De esta manera, muchos de los puntos fallidos de Dynasty Warriors 9 se resolvieron de manera mucho más satisfactoria y orgánica.
… Gracias a unas sólidas raíces.
Finalmente, llegamos a los combates propiamente dichos y aquí es donde el juego realmente empieza a brillar por cuenta propia. Omega Force no reinventó la rueda, Origins no es un juego lleno de mecánicas originales, pero si se las arregla para ser el popurrí definitivo de mecánicas usadas en distintos juegos del estudio.
A los clásicos combates unipersonales frente a miles de soldados se anexan 3 pilares esenciales: en primer lugar el combate contra otros generales, en los mismos podremos hacer uso de una mecánica bastante usada en juegos modernos como lo es el parry o el uso de habilidades especiales ante ciertos ataques para dejarlos totalmente vulnerables cuando se les rompa la defensa. Además, algunas situaciones los distintos generales pueden desafiarte a duelos personales con ellos para evitar cualquier tipo de intromisión de adversarios o aliados.
Por otra parte, la idea de ser un ejército unipersonal ha cambiado un poco, ahora tenemos la posibilidad de tener tropas a nuestro cargo acompañándonos en las diferentes escaramuzas, dotando a las batallas de otra escala un poco mas grande y variada ya que podemos usar nuestras tropas para atacar grupos de soldados, defender un oficial en particular, montar guardia en una posición o inclusive separarse del mando de nuestro avatar con el fin de ayudar a otra zona de conflicto. La idea quizá peca un poco de tener poca profundidad, pero es un interesante paso en una dirección que es más que correcta para un juego de esta escala.
Por último y en menor escala, el escenario mismo ahora tiene más protagonismo que antes. Si bien ya ha habido situaciones en juegos anteriores donde se podían colocar o ejecutar trampas, ahora hay una capa de profundidad un poco más compleja. Hay terrenos donde nuestras tropas ralentizan su marcha, zonas donde deberemos usar la intuición de nuestro personaje para leer la trayectoria del viento o de alguna potencial trampa. De hecho, hacer cosas tan simples como un ataque de flechas a cargo de nuestro escuadrón nos da una ventaja notable de daño si la ejecutamos desde un terreno más elevado por ejemplo. Inclusive, funciones que anteriormente tenían un peso simple en la partida como el capturar un campamento ahora son más productivas: no sólo que cada campamento permite mejorar la moral de las tropas, sino que en caso de que nuestro escuadrón pierda miembros siempre podemos visitar estas guarniciones con el fin de reponer soldados para nuestro equipo, con lo cual la dominación del terreno de batalla toma otro significado.
Todos estos son cambios menores, sutiles, pero todo hace a la fórmula y cuando eventualmente el jugador lo domina todo con naturalidad, Origins logra un nivel de entretenimiento orgánico sin precedentes dentro de la saga. Lo decimos en la miniatura del video y lo reafirmamos ahora, Dynasty Warriors Origins es sin lugar a dudas, el Musou definitivo.
Cambios en la faceta RPG
La faceta RPG del juego también ha evolucionado un poco. En los juegos anteriores el oficial que elegíamos podría subir de nivel matando soldados y eso no ha cambiado. Sin embargo, el hecho de usar un único oficial de manera principal hace que el crecimiento del mismo dependa más que nada del dominio de diferentes tipos de armas. El protagonista en si tiene un único nivel de personaje, pero su crecimiento se determina por el nivel de dominio de cada arma, motivo por el cual lo ideal es tratar de usar todas las armas posibles para así lograr un nivel personal mas alto.
Además, hay ciertos árboles de habilidades que se irán desbloqueando conforme subamos de nivel y cuyas ventajas se irán activando usando puntos de habilidad que se obtienen de distintas maneras, ya sea venciendo oficiales, cumpliendo encargos de aliados o activando ciertos eventos especiales en las misiones. El equipamiento de armas se complementa con movimientos especiales que son asignables manualmente y con accesorios que ofrecen distintas ventajas en las partidas.
El juego ofrece nueve tipos de armas en su primera partida y hay una décima que se desbloquea en el endgame, sección a la que accedemos luego de terminar la campaña de una de las facciones tras unas 35 o 40 horas de juego y que a su vez nos permite retomar la historia desde algún punto de inflexión, como la elección de que facción queremos apoyar con el fin de ver los múltiples finales que el juego puede ofrecer. Sin lugar a dudas hay rejugabilidad mas que garantizada.
Un Dynasty Warriors de nueva generación, a su manera
Puede resultar redundante decirlo, pero audiovisualmente hablando estamos ante un Dynasty Warriors de nueva generación a su manera: está de más decir que los gráficos del juego no son top, pero cumplen mas que bien con lo que se proponen y hacen gala de combates a escalas nunca antes vista: decenas de miles de soldados en pantalla, una distancia de visión sin precedentes en la franquicia, algunas escenas muy bien iluminadas, batallas bajo la lluvia o efectos de fuego mucho más convincentes hacen del juego una experiencia totalmente satisfactoria y mucho mas inversiva que antes. Ese apartado gráfico se complementa con un arte renovado respecto a ediciones anteriores, donde muchos oficiales finalmente usan armaduras distintas o inclusive han sufrido alguna alteración de diseño. Si, finalmente hay un Dynasty Warriors que no recicla todos sus assets de entregas anteriores y se festeja.
Banda sonora y localización al castellano
Complementado el apartado visual está la banda sonora, que sigue muy en la línea de entregas anteriores, alternando melodías totalmente orientales y mas bien pacíficas en ciertos interludios, con temas de guitarra eléctrica ambientando la acción de momentos cumbres, las melodías del juego están en la misma línea que la parte gráfica. Cumplen bien con lo que se proponen, sin pretender mucho mas. Cabe destacar además que el juego cuenta con doblajes en inglés, chino y japonés, con textos y subtítulos en español. En nuestro contacto con el juego utilizamos las voces en chino y el trabajo de doblaje suena bastante bien.
Finalmente llegamos al apartado técnico. Si bien anteriormente ya hablamos un poco de modelados y demás aspectos, cabe destacar que el juego dispone de la posibilidad de elegir un modo que priorice la calidad de imagen o la resolución, y otro parámetro en el cual le estableceremos al juego bajo qué framerate jugar, ya sea 30, 60 o 120fps si nuestra pantalla lo permite. En Xbox Series X jugamos en el modo rendimiento de 60 fps y nos parece la experiencia a recomendar, salvo que nuestra pantalla soporte Variable Refresh Rate, donde puede que la opción de Calidad a 60 fps también valga la pena. En Xbox Series S el juego también tiene varios modos que ofrecer, pero la reducción de resolución es palpable, aún el juego se las arregla para moverse de manera estable, que es el la variable mas importante en un juego de esta característica.
Conclusiones finales
Dynasty Warriors Origins se presenta como el retorno triunfal de Omega Force aprendiendo de sus errores, volviendo a sus raíces y haciendo de la mejor manera posible lo que siempre supieron hacer. Es un juego muy entretenido, con bases jugables refinadas y mucho contenido para ofrecer mas allá de su campaña principal y que creemos que no sólo va a resultar un juego más que satisfactorio para los jugadores habituales, sino que puede llegar a atrapar a nuevas audiencias, en ese sentido los invitamos a probar la demo del mismo, disponible en la store de las diversas plataformas para las que está disponible.
- Desarrollado por: Omega Force
- Publicaso por: Koei Tecmo
- Disponible en: Xbox Series, PS5, PC
- Fecha de estreno inicial: 17 de enero de 2025
Código de review proporcionado por Koei Tecmo Games